miércoles, 22 de febrero de 2012

Me sobran los motivos.


Los vestigios de mi persona sólo son las cenizas de mi presente, y hoy, sopla el viento.


Absortos al paso del tiempo consumimos nuestro amor hasta extinguirlo y nos quemamos al jugar con la hipocresía; sangramos lo escrito y vivimos lo que nunca se ha escrito, creamos el concepto de primavera y reinventamos la idea de libertad. Pura añoranza.


Vivimos continuamente sometidos a mentiras e hipocresía oculta tras variopintas fachadas: Políticos justificando el aumento de la edad de jubilación por la crisis cuando banqueros se jubilan con pensiones de casi 90 millones de euros, mujeres que sueñan un amor de película americana y acaban interpretando un corto mediocre de porno casero, o mismamente nosotros. Nosotros somos la prueba más tangible, sólo tenemos que mirarnos al espejo sin prejuicios.


Cuestionaron nuestros cálculos y les demostramos que el amor es a prueba de balas. Cuestionamos nuestras capacidades y giramos mareados vomitando perspectivas, cuestionando cuestiones descontinuadas, discontinuas discusiones nunca olvidadas.

Me engañé a mí mismo y enturbié el agua de la que bebía cuando el olor a mentira de tu boca volvió a ser omnipresente. No es mi culpa, yo sólo quería ser feliz. Gracias.

Pasaron horas, semanas, segundos y bajo los efectos me encontré a mí mismo, sentado al borde de un precipicio mientras escuchaba las olas del mar que rompían bajo mis pies; respirando algo de tranquilidad después de la tormenta que se disipaba como el humo de un porro. El olor a humedad no salía de tus piernas y el calor no lo desprendía el cariño sino los rayos de sol. -Todo parece funcionar correctamente - me dije.


Al final todos encontramos lo que buscamos pero de distinta forma. Ni los espejos cóncavos ni convexos del callejón del Gato podrían cosificar de tan grotesco modo la perfección de cada instante, pero tú te atreviste. Deshiciste los nudos que ataban el barco del amor anclado en el mar del romanticismo y me salvaste de morir ahogado secando toda el agua. Dejaste al descubierto el fondo. Ruina y soledad.
Quizás no fuese la manera más adecuada de hacerlo…quizás…quizás…


Y aquí estoy yo. Susurrándole a la vida –“Puta, hoy el mundo es mío”- mientras dejo que todo fluya. Sentado en un sofá retro de los ochenta, con el tiempo dándome otra oportunidad y la certeza de saber que las cosas nunca cambian. 
Una habitación con un gran ventanal deja pasar los tímidos rayos de sol que se cuelan entre las nubes. El viento entrando por la ventana, los pies encima de una mesa de cristal y el vaivén en mi cabeza a causa del sueño y las drogas. Insomnio, reflexiones y el portátil sobre las piernas frente a un nuevo desafío: Yo mismo.


Martes 19 de Abril de 2011


4 comentarios:

  1. Y ahora que te has encontrado, enfréntate a ti mismo.
    He encontrado tu blog de casualidad.. y escribe genial, en serio.
    Me seguire pasando por aquí. (:
    Sigue así y mucho ánimo!
    Besos desde:
    http://www.sicatorcevidasondosgatos.blogspot.com/

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    1. Buscarse, encontrarse y perderse, siempre el mismo ciclo sin encontrar el final, sólo el aparente. Suerte que de vez en cuando nos estancamos en el punto más estable.

      Me alegro de que te haya gustado, sólo soy yo.
      Un beso!

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